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El Texto Iluminado
Comedia

2 febrero al 2 marzo 2010
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
20,00 h
Venta de abonos y localidades en la taquilla de los cines Moderno a partir del 25 de enero:
Abonos: 10 €
Localidades: 3 €
Arsénico por compasiónArsénico por compasión
(Arsenic and Old Lace) 1941-1944. EE.UU. Warner Bross / Liberty Films. 118 minutos. V.O.S. E.
16 DE FEBRERO DE 2010

Director: Frank Capra. Guión: Julius J. Epstein y Philip G. Epstein, a partir de la pieza teatral Arsenic and Old Lace (1941) de Joseph Kesselring. Productores: Jack L. Warner y Frank Capra. Fotografía: Sol Polito / Blanco y negro / 1:1,37. Montaje: Daniel Mandell. Música: Max Steiner. Dirección artística: Max Parker. Vestuario: Cora Lobb, Leon Roberts. Efectos especiales: Robert Burks, Byron Haskin. Maquillaje: Perc Westmore, George Bau, Anita de Beltrand. Sonido: C. A. Riggs, Everett A. Brown.

Intérpretes: Cary Grant (Mortimer Brewster), Priscilla Lane (Elaine Harper), Raymond Massey (Jonathan Brewster), Jack Carson (O’Hara), Edward Everett Horton (iMr. Witherspoon), Peter Lorre (Dr. Einstein), James Gleason (Lt. Rooney), Josephine Hull (Abby Brewster), Jean Adair (Martha Brewster), John Alexander (‘Teddy Rooselvelt’ Brewster).

Hombre de altos ideales y preocupaciones que reflejaba en sus películas junto a su afecto por la América provinciana y candorosa, ajena a los turbios manejos políticos y económicos de la gran ciudad, Frank Capra encontró en Arsénico por compasión una parcela para el divertimento, desarrollando la curiosa historia de humor negro emparentada con su mundo y personajes habituales por múltiples referencias, y al mismo tiempo separada de los mismos por su clara vocación de mero entretenimiento, sin aspiraciones ideológicas ni discursos sociales con doble propósito de enmienda y denuncia. Esto se debe posiblemente a que la película estaba concebida como un proyecto de rápida y barata realización, destinado a mantener a su familia mientras Capra estaba en el ejército, y al respeto para con la obra teatral en que se basaba la película, debida a la pluma de Joseph Kesserling. Dos damas de apariencia respetable tienen un hobby poco común y extremadamente peligroso: envenenar a hombres solitarios de avanzada edad escudadas en un manto de ingenuidad capaz de desarmar a sus víctimas. Este argumento favorecía el talento innato de Capra para la comedia, pero al mismo tiempo sirvió a la perfección como vehículo humorístico para un Cary Grant nuevamente sorprendido, indefenso y cargado de principios éticos que naufragaban ante la espontaneidad de la afable pareja de ancianas envenenadoras y su cohorte de seguidores y víctimas, entre los que destacaban especialmente Peter Lorre y Raymond Massey en el papel que para la representación teatral le había sido encargado al siempre inquietante Boris Karloff.•MIGUEL JUAN PAYÁN, en «Cary Grant», Ediciones JC, Madrid, 1988, p. 59.

En otoño de 1941, Cary Grant empezó a trabajar en Arsénico por compasión, película que repentinamente se había convertido en un proyecto de máxima urgencia, puesto que Frank Capra deseaba terminarla para poder aceptar un encargo del Pentágono consistente en filmar varias películas de adiestramiento militar. Además, Capra deseaba que en la versión cinematográfica de Arsénico por compasión interviniesen tres de sus principales intérpretes de Broadway –Josephine Hull, Jean Adair y John Alexander- con los que sólo podía contar durante tres semanas, las de vacaciones, ya que la obra todavía estaba en cartel en Nueva York. Por irónico que parezca, aunque Capra realizó Arsénico por compasión en un tiempo récord, la película permaneció almacenada en los archivos de los Estudios por espacio de tres años y ello porque el contrato de Warner Brothers especificaba que no podría estrenarse hasta que concluyese su representación en Broadway, lo cual no se produjo hasta el verano de 1944. En esa macabra comedia centrada en torno a un crítico teatral cuyas tías, dos solteronas aparentemente inofensivas, envenenan al menos a una docena de individuos a los que entierran en la bodega, los guionistas aumentaron de tal forma la importancia del papel de Cary Grant que apenas sí tenía algo que ver con la obra original. Autorizado a emplear a fondo sus extraordinarias dotes para la pantomima, las payasadas y las replicas fulgurantes, el actor disfruta de lo lindo realizando aquella película cuajada de recuerdos del pasado: Jean Adair, por ejemplo, que encarnaba a una de las tías asesinas, era la actriz que veinte años antes había cuidado de éste, de gira con la troupe de Pender, contrajo fiebres reumáticas, y Cary, en plan de broma, quiso enterrar definitivamente a Archie Leach [nota: su nombre de pila] empeñándose en que figurase este nombre en una de las lápidas de la escena del cementerio.•WARREN G. HARRIS, en «Cary Grant. Un toque de distinción», Ultramar, Barcelona, 1988, pp. 134-135; traducción de Monserrat Conill.

Después de que Bob Hope rechace el papel, Cary es el actor perfecto para el cometido de Mortimer Brewster, el sobrino de dos excéntricas ancianas que envenenan con arsénico a los hombres que se les acercan. Joseph Hull y Jean Adair, las protagonistas de la obra en la versión teatral, interpretan de nuevo a las hermanas Abby y Martha Brewster. Curiosamente, la anciana actriz Jean Adair había cuidado del joven Archie Leach cuando éste enfermó en la pensión de Rochester, durante su gira con Bob Pender en Inglaterra. Han transcurrido más de veinte años desde entonces y si Jean Adair no ha reconocido al muchacho, Cary todavía la recuerda y le refresca la memoria cuando el director Frank Capra les presenta. Arsénico por compasión se convierte en un gran éxito cuando finalmente es estrenada en la pantalla, a pesar de la fuerte censura que ejerce la Oficina Hays sobre la película. Cary Grant tiene que sustituir la frase “Gracias a Dios soy un bastardo” cuando descubre su auténtica identidad, por “Gracias a Dios soy el hijo del cocinero de un barco”. Pero las críticas que recibe son inmejorables y en tan buen momento decide tomarse otro corto periodo de vacaciones para intentar salvar su matrimonio con Barbara [Hutton]. Un mes antes, en agosto de 1944, los Grant han decidido separarse para no destrozar la amistad que queda entre ellos. El afecto que les une es, sin embargo, muy fuerte, y en octubre, después del estreno de Arsénico por compasión, la pareja decide volver a intentarlo.•LUIS GASCA, en «Cary Grant. El gran seductor», La Máscara, Valencia, 1995, pp. 102-103.

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