Sum

Sum

Del 25 de octubre al 9 de diciembre de 2012

Horario

> De martes a sábado

de 11 a 13 y de 18 a 21 horas.

> Domingos y festivos
de 12 a 14 y de 18 a 21 horas.

> Lunes cerrado

Sum

Ego SUM, “yo soy”, la afirmación más básica de la propia realidad existencial consciente, resume el substrato conceptual de esta exposición que como revela su subtítulo Conflictos de identidad desde los aledaños de la fotografía responde a dos premisas esenciales, la primera, de carácter temático, alude en efecto a los interrogantes en torno a la identidad, sus lindes y sus entresijos, que se reflejan con significativa frecuencia en el arte y el pensamiento contemporáneo. La segunda premisa que condiciona el proyecto es la utilización de la fotografía (probablemente la disciplina artística más idónea para referirse a la identidad) desde una actitud libre respecto a criterios de especificidad o pureza, es decir desde la la heterodoxia y el mestizaje. Los seis artistas seleccionados llevan un tiempo significativo en su trayectoria trabajando con diversas hibridaciones técnicas sobre soportes no tradicionales que incluyen o que parten de la fotografía, en algún caso incluso se excluye del resultado final después de usarla en el proceso, de manera que no se detecta su presencia y sin embargo no deja de ser determinante en su propia ausencia.


Pese a sus tan diversas circunstancias vitales, los autores implicados, mujeres y hombres de distintas edades, procedencias y entornos, han coincidido en desarrollar una obra ligada a la problemática de la identidad que incide decisivamente en la formulación de su discurso. Obviamente el riguroso análisis auto-reflexivo que ellos acometen trasciende la contingencia temporal del aquí y ahora, por esa razón se han elegido para la muestra trabajos correspondientes a momentos álgidos de su evolución en los que el paradigma de lo identitario queda trazado con mayor definición e intensidad. Es por esa razón que mientras algunas obras han sido realizadas expresamente para esta muestra en los últimos meses, otras datan de años atrás, de lo cual resulta un conjunto diacrónico que nos permite abarcar un ámbito cronológico y vital de mayor interés y alcance. 

La óptica fenomenológica individual es determinante a la hora de abordar esta cuestión. La propia identidad es el referente esencial en el caso de Carmen, Nerea, Yotta, y también de Balanza, reflejada directamente en la representación del propio rostro o del propio cuerpo con sustanciales derivaciones autobiográficas que sin embargo no deben considerarse autorretratos sino más bien “auto-representaciones” ya que en las fórmulas planteadas no se busca la banalidad del parecido físico sino la propia huella individual i/o el entorno vivencial al cual se encuentra intrínsecamente ligado, a la vez que se introducen aspectos simbólicos o metafóricos, referenciales o interpretativos en torno a la propia realidad existencial y su narrativa. Distinto es el caso de Antonio y de Rómulo cuyos discursos eluden la auto-representación para manifestarse a través de otras prácticas de subjetivación basadas en la proyección i/o la vinculación icónica o afectiva del yo con otros personajes, implicando reflejos y duplicidades.


Las imágenes que podemos ver poseen una contundencia intrínseca, una rotunda iconicidad que se impone categóricamente al espectador. Y ello no es trivial, porque en definitiva, la identidad únicamente cobra sentido en la alteridad, por tanto el “yo” íntimo e introspectivo de estos artistas sólo puede revelarse con respecto al “otro”, en este caso, el espectador, a cuyo encuentro salen estas obras, capaces de generar un juego inesperado de identificaciones y complicidades.