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El Texto Iluminado
Comedia

Del 01 de febrero al 08 de marzo 2011
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
01 DE MARZO DE 2011 a las 20,00 h
Venta de localidades y de abonos para el ciclo en la taquillas de los cines, antes de la sesión.
Bésame, tontoUNA JORNADA PARTICULAR
Una giornata particolare
1977. ITALIA-CANADA
Champion/Canafox
110 minutos. V.O.S.E.
01 DE MARZO DE 2011

DIRECTOR: Ettore Scola.
GUIÓN: Ettore Scola, Mauricio Costanzo y Ruggero Maccari. El guión de la película daría lugar a una adaptación teatral posterior y homónima realizada por Scola, Maccari y Gigliota Fantoni. Dicha adaptación ha sido varias veces representada en España, siendo las versiones más conocidas las interpretadas por las parejas José Sacristán-Charo López, Josep Maria Flotats-Anna Lizaran y Fernando Delgado-Esperanza Roy.
PRODUCTOR: Carlo Ponti.
FOTOGRAFÍA: Pasqualino de Santis / Eastmancolor 1:1, 85.
MÚSICA: Armando Trovaioli.
MONTAJE: Raimondo Crociani.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: Luciano Ricceri y Ezio Di Monte.
VESTUARIO: Enrico Sabbatini.
DECORADOS: Luciano Ricceri.
INTÉRPRETES: Marcello Mastroianni (Gabriele), Sofía Loren (Antonietta), John Vernon (Emanuele), Françoise Berd (portero), Patricia Basso (Romana), Tiziano de Persio (Arnaldo), Mauricio Di Paoloantonio (Fabio), Alessadra Mussolini (Maria Luisa).

 

Cuando «Una jornada particular» de Ettore Scola fue presentada en el último festival de Cannes, la crítica habló de ella como una “película apasionante”. Apasionante no por su “brillantez”, sus apariencias formales, sino precisamente por su sustancia, su enfoque original. De la crónica intimista de una jornada, la del 6 de mayo de 1938, Scola ha hecho una de las más duras acusaciones contra el fascismo. No ha tenido que recurrir al panfleto, a la agresividad, a las palizas, las torturas o las cárceles, sino simplemente al retrato de dos vidas marginadas; a contraponer a todo el aparato propagandístico del régimen, la mediocridad, la sordidez, lo achatado de esa cotidianidad, con la frustración de esas vidas, no por propia ineptitud, o por simples azares de la existencia, si no lo que es más cruel, por la marginación del sistema. En esa jornada, mientras todos los vecinos del inmueble romano van a participar en el gran desfile que rubrica la visita de Hitler, dos seres frustrados, la madre de familia agobiada por una maternidad forzada —han de llegar a los siete hijos para alcanzar el premio de natalidad— y el locutor en paro, despedido por homosexual y desafecto al régimen —no tiene la “voz viril, patriótica, orgullosa” que requiere el partido— van a encontrarse en el inmueble vacío para sincerarse, para contrastar sus fracasos, para soñar, por unos momentos, con otras posibilidades de vida. Es magistral la forma en que Scola lleva esta anécdota, esta especie de cuento moral. En tanto la radio retransmite, con toda la retórica ampulosa del régimen, los pormenores del desfile, la cámara va retratando, en la intimidad del inmueble, el fracaso de estas vidas tristes.
Guionista de Dino Risi, especialmente dotado para el apunte satírico, Ettore Scola, además de granar su mejor obra hasta ahora, ha hecho, sobre todo, la más severa advertencia contra todos los fascismos, en la amarga frase que pronuncia Gabriele, el infortunado personaje, maravillosamente interpretado por Marcello Mastroianni: “El orden es la virtud los mediocres”.

Antonio Colón, «Una autopsia del fascismo», en ABC, 11/11/1977, p. 40.

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