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El Texto Iluminado
Comedia

Del 01 de febrero al 08 de marzo 2011
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
22 DE FEBRERO DE 2011 a las 20,00 h
Venta de localidades y de abonos para el ciclo en la taquillas de los cines, antes de la sesión.
Bésame, tontoBREVE ENCUENTRO
Brief Encounter
1945. GRAN BRETAÑA
Rank Films
86 minutos. V.O.S.E.
22 DE FEBRERO DE 2011

DIRECTOR: David Lean.
GUIÓN: Noel Coward, David Lean y Ronald Neame, a partir de la pieza teatral en un acto de «Coward Still Life» (1936), perteneciente a la serie de diez piezas cortas «Tonight at 8:30».
PRODUCCIÓN: Anthony Havelock-Allan y Ronald Neame.
FOTOGRAFÍA: Robert Krasker, Blanco y negro /1:1, 37.
MÚSICA: John Holingsworth y Percival Mackey;
TEMA PRINCIPAL: «Concierto para piano nº 2» de Sergei Rachmaninoff, interpretado por Pillen Joyce acompañada por The Nacional Symphony Orchestra dirigida por Muir Mathieson.
MONTAJE: Jack Harris.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: Lawrence P. Williams.
INTÉRPRETES: Celia Johnson (Laura Jesson), Trevor Howard (Doctor Alec Harvey), Stanley Holloway (Albert Godby), Joyce Carey (Myrtle Bagot), Cyril Raymond (Fred Hueso), Everley Gregg (Dolly Messiter), Marjorie Mars (Mary Norton).

 

El argumento es muy simple: nada más que el amor frustrado entre dos adultos de clase media, y que están a punto de cometer un adulterio nunca pretendido. Celia Johnson y Trevor Howard dan vida a estos seres que casualmente coinciden en un tren una vez por semana, y a los que el azar da una nueva oportunidad para la felicidad —por cuanto que la placidez ya la tienen en sus respectivas vidas familiares— antes de hurtársela en virtud de un destino fatal. Es aquí donde se desarrolla esa fatalidad que caracterizará la visión futura de Lean, y que ya podía intuirse en sus películas previas, y que viene dada al espectador gracias a la estructura de flash-backs que sigue el punto de vista de ella —excepto en la corta escena en que Howard pide prestado a un amigo su apartamento—, con un final que otorga nuevo significado a las escenas iniciales, clausurando la narración con un intento de suicidio que en principio nos es hurtado. Aparte de la interpretación rica en detalles que exploran la ambigua sensación de dicha y culpa, de goce y manía persecutoria de los protagonistas, así como la precisa función activa de los secundarios; aparte también del jugoso guión, cuya estructura da carácter de enigma existencial a una historia vulgar, la realización de Lean llega a la perfección en el manejo de los diferentes espacios físicos que condicionan el drama, en el uso descriptivo de los objetos, y en la utilización del montaje sonoro y de la música —Rachmaninoff— como relatores y comentaristas del drama. Sorprendentemente, «Breve encuentro» fue muy mal acogida por el público en su momento, más dado a los melodramas suntuosos de la Gainsborough. Ante la propuesta de una historia que basa su fuerza en su carácter de especial contención dentro del ámbito de lo cotidiano, la taquilla se inhibió, si bien cada reposición le ha ido beneficiando conforme crecía en atemporalidad.

Terenci Moix, «Breve encuentro», en La gran historia del cine, capítulo 24, 1997, p. 1.712.

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