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El Texto Iluminado
Comedia

Del 01 de febrero al 08 de marzo 2011
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
8 DE FEBRERO DE 2011 a las 20,00 h
Venta de localidades y de abonos para el ciclo en la taquillas de los cines, antes de la sesión.
Bésame, tontoDESEO
Desire
1936. EE.UU.
Paramount Pictures
90 minutos. V.O.S.E.
8 DE FEBRERO DE 2011

Director: Frank Borzage.
Guión: Edwing Justus Mayer, Waldemar Young, Samuel Hoffenstein y (no acreditados) Vencen Lawrence y Benn W. Levy, a partir de la pieza teatral de Hans Szèkely y Robert A. Stemmile «Die Schönen Tage Von Aranjuez».
Director de fotografía: Charles Lang y (no acreditado) Victor Milner / Blanco y Negro, 1:1, 33.
Producción: Frank Borzage, Ernst Lubitsch y (no acreditado) Henry Herzbrun.
Montaje: William Shea.
Música: Friedrich Hollaender y (no acreditados) Phil Boutelie, Gerard Carbonara, John Leipold y Heinz Roemheld.
Sonido: Don Johnson y Harry D. Mills.
Efectos visuales: Farciot Edouart y Harry Peary.
Dirección artística: Hans Dreier y Robert Usher.
Decorados: A. E. Freudeman.
Vestuario: Travis Banton.
Intérpretes: Marlene Dietrich (Madeleine de Beaupre), Gary Cooper (Tom Bradley), John Halliday (Carlos Margoli), William Frawley (Mr. Gibson), Ernest Cossart (Aristide Duvalle), Akim Tamiroff (Avilia), Alan Mowbray (Doctor Maurice Pauquet).

 

Un choque fortuito de automóviles en una calle de París produce el primer contacto y el desdoblamiento narrativo. Tras la secuencia a modo de prólogo en la que el ingeniero mecánico que encarna Cooper anuncia que se dispone a pasar sus vacaciones en España, el coche de Tom choca con el de Madeleine y varía la trama. El vehículo de Tom desaparece y la cámara sigue al de Madeleine y sus supuestos chofer y mayordomo. Borzage introduce a continuación una elegante elipsis pasando del blanco al negro en el cambio del coche de la protagonista; de blanco ha engañado al joyero, y de negro se apresta a embaucar al psiquiatra. Tras el coche del collar, el coche vuelve a unir a los protagonistas rumbo a España.
Después de una serie de incidentes, el collar se queda en el bolsillo de la chaqueta de Tom, por lo que Madeleine deberá reencontrarlo y seducirlo ante la expectante mirada de su socio, Carlos Margoli, un personaje agrio y refinado. Los protagonistas se desplazan por diversos puntos de España, pero la contemplación turística y folklórica tan del agrado de Hollywood no entraba en los planes de Borzage: una panorámica por la Concha donostiarra antes de que la acción se instale en un lujoso hotel de la ciudad, y otro movimiento de cámara siguiendo al automóvil por un acueducto castellano, son las únicas referencias. Al cabo de una hora de metraje, el director introduce el primer golpe dramático y el aviso de una redención por amor. Al oír las sirenas de las motos policiales, Madeleine se asusta, corre hacia el impasible Carlos y le dice que está cansada de pensar que en cualquier momento pueden detenerlos. Tras la definitiva confesión de la protagonista, Borzage encadena un primer plano de Madeleine con uno similar de su tía Olga, otro miembro del peculiar clan; Madeleine, con esa concatenación de primeros planos, se ve reflejada en lo que no quiere convertirse, en aquella vida a la que está condenada si no lo remedia aprovechando el amor de Tom. Poco después, los cuatro personajes mantienen una conversación sobre la posible participación de Estados Unidos en la guerra española, que no es más que el inteligente reflejo de lo que les está ocurriendo a ellos, de lo que deben o quieren hacer, de sus pactos y alianzas tácticas.

Quim Casas, «Frank Borzage. Cámara y espiritualidad: un estilo trascendental (y 2)», en Dirigido por, 307, 2001, pp. 35-36.

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