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El Texto Iluminado
Comedia

Del 01 de febrero al 08 de marzo 2011
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
1 DE FEBRERO DE 2011 a las 20,00 h
Venta de localidades y de abonos para el ciclo en la taquillas de los cines, antes de la sesión.
Bésame, tontoEl MULTIMILLONARIO
Let’s Make Love
1960. EE.UU.
Twentieth Century Fox
119 minutos. V.O.S.E.
1 DE FEBRERO DE 2011

DIRECTOR: George Cukor.
GUIÓN: Norman Krasna, con material adicional de Hal Kanter, y colaboración (no acreditada) de Arthur Miller.
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: Daniel L. Fapp / Color By The Luxe / Cinemascope, 1:2, 35. PRODUCTOR: Jerry Wald.
MONTAJE: David Bretherton.
MÚSICA: Letra y música de Sammy Cahn y James Van Heusen;
CANCIÓN «My Heart Belongs to Daddy» de Cole Porter; Jack Cole y no acreditados Lionel Newman y Herbert W. Spencer.
SONIDO: Warren B. Delaplain y W.D. Flick.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: Gene Allen y Lyle R. Wheeler
DECORADOS: Fred M. MacLean y Walter M. Scott.
VESTUARIO: Dorothy Jeakins.
INTÉRPRETES: Marilyn Monroe (Amanda Dell), Yves Montand (Jean-Marc Clement/Alexander Dumas), Wilfrid Hyde White (George Welch), Tony Randall (Alexander Coffman), Frankie Vaughan (Tony Danton), David Burns (Oliver Burton), Michel David (Dave Kerry), Bing Crosby (como él mismo, no acreditado), Gene Kelly (como él mismo, no acreditado).

 

Deslumbrante para quien la mira, humilde consigo misma, Marilyn se comporta con sencillez doméstica, dando clases nocturnas de geografía e historia, deseando aprender francés para no ser ignorante y esperando apaciblemente la llegada del príncipe de sus sueños, mientras ignora, pero provoca, los maquiavelismos y las tribulaciones del seductor emboscado. Pero no estamos únicamente ante una comedia en torno a Marilyn, sino ante una comedia de George Cukor, en la que éste nos cuenta cómo el multimillonario John Mark Clement, para enamorar a la dulce Amanda, deberá hacerse pasar por un imitador del multimillonario John Mark Clement, de forma que, una vez conquistada la presa, se encontrará dos arduas tareas: convencerla de que él no es el humilde imitador, sino el prepotente imitado, e intentar que ella acabe por enamorarse de él mismo y no de su disfraz.
Se trata, pues, de un viaje de ida y vuelta, cuyo punto de salida y de llegada es la propia personalidad, atravesando territorios tan pantanosos como las verdades mentirosas, las mentiras verdaderas, las astucias ocultas, los sentimientos disimulados y la incómoda convivencia de la vanidad con la humillación.
Apoyándose menos en la complejidad estructural del guión que en la dirección de actores, es decir, cultivando con más mimo la puesta en escena de personajes que la de situaciones, Cukor ironiza con el contraste entre la imagen que creemos proyectar a los demás y la que realmente proyectamos. Y desarrollando este especie de “paradoja del comediante” nos conduce hasta uno de sus temas secretos: las ambiguas relaciones entre el teatro y la vida, el descubrimiento de la verdad en la representación y el carácter de representación de una situación verdadera. La conclusión no es más que una sugerencia: no olvidar que en sus orígenes la palabra “persona” significaba “máscara”. La vida como consciente o inconsciente juego de disfraces. Y el cine como adecuado instrumento para intuirlo.

José María Carreño, reseña de «El multimillonario» en la antología de George Cukor en Papeles de cine. Casablanca, 27, 1983, p. 48.

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