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El Texto Iluminado
Comedia

2 febrero al 2 marzo 2010
cartel
Cines Moderno. Plaza Martínez Zaporta, 5. Logroño
20,00 h
Venta de abonos y localidades en la taquilla de los cines Moderno a partir del 25 de enero:
Abonos: 10 €
Localidades: 3 €
Dos en la carreteraDos en la carretera
(Two for the Road) 1967. GRAN BRETAŅA. Stanley Donen Films Inc / Twenty Century Fox. 112 minutos. V.O.S. E.
9 DE FEBRERO DE 2010

Director: Stanley Donen. Guión: Frederic Raphael. Producción: Stanley Donen, James H. Ware. Fotografía: Christopher Challis / Color by Deluxe / Panavision / 1:2,35. Música: Henry Mancini. Montaje: Richard Marden, Madeleine Gug. Diseño títulos de crédito: Maurice Binder. Dirección artística: Willy Holt, Marc Frederic. Vestuario: Hardy Amies, Kem Scott, Michele Posier, Paco Rabanne, Mary Quant, Foale and Tuffin. Maquillajes: Alberto de Rossi y Georges Bouban.

Intérpretes: Audrey Hepburn (Joanna Wallace), Albert Finney (Mark Wallace), Eleanor Bron (Cathy Manchester), William Daniels (Howard Manchester), Gabrielle Middleton (Ruth Manchester), Claude Dauphin (Maurice Dalbret), Nadia Gray (Francoise Dalbret), Georges Descrières (David), Jacqueline Bisset (Jackie), Judy Cornwell (Pat).

Volviendo a Dos en la carretera, fue una película en la cual, Audrey, Finney y yo estábamos todos divorciándonos mientras las hacíamos, así que fue un trabajo que nos caló hasta el alma. Todos sufríamos lo mismo que los personajes de la película. Por eso me asombra siempre cuando alguien me dice que es una película romántica, porque yo pienso que tiene una mirada dura, penosa. No debería ser deprimente sino crear la conciencia de que cuando uno se enamora de alguien no viven felices y comen perdices. Eso es la película. Si tiene algo mínimo que decir o algo enorme que decir es eso, que al final no te vas bailando en una balsa como en Una cara con ángel [Funny Face, 1956] mientras te rodean los cisnes. Que la vida no es eso, la vida es como una relación de matrimonio, donde hay mucho dolor y a pesar de eso podéis quedaros juntos, que has creado un lazo y que puedes crecer teniendo ese lazo, que es enorme, pero que no es la euforia, que la euforia no existe entre dos personas. No debería ser tomado como algo triste, sino como ola madurez de aceptar la vida tal cual es. La vida no es euforia, sino jungla. No está bien que de niños nos hayan contado que la vida iba a ser una eterna felicidad; eso es una mentira. Lo que tratamos de contar, la mayor verdad de la película es que si la mujer va y tiene una aventura extramatrimonial y él la ha tenido por su lado y pueden volver a estar juntos, ése no es el final, que se vuelvan a unir y puedan comer perdices. No, lo que tratamos de decir es que muchas veces no se puede olvidar y eso te vuelve loco y cuando elle le dice “Yo estoy aquí y tú estás aquí, ¿no puedes aceptarlo?”, él no puede aceptarlo. Ésa es una de las razones por las cuales la película no funcionó comercialmente, porque no estaba envuelta en una capa de azúcar. Porque no sales de la película pensando que la vida es una bendición, sino pensando que la vida es muy difícil.•STANLEY DONEN, en «Stanley Donen… y no fueron tan felices», de Juan Carlos Frugone, 34 Semana Internacional de Cine de Valladolid, 1989, pp. 105-106.

La permanente fusión de los tiempos reales, el estructurarlos de acuerdo con la fuerza emocional en el guión y no en el orden cronológico, es un tour de force que Donen lleva a buen puerto, sin confundir nunca al espectador (hay ayudas y apoyos esenciales en los coches que la pareja tiene en cada época de la acción, en los peinados de Audrey Hepburn). Donen había elaborado todo ello en el guión y no lo hizo a posteriori, en montaje, y la claridad del concepto previo se deja sentir en el perfecto equilibrio del film. El paso de Donen por la comedia no había sido en vano. Cuando por fin cuenta con un ‘buen texto’, sabe explotarlo hasta en sus menores recursos y la soltura en la puesta en escena es el equilibrio para lo que el guión tiene de literario no ahogue los movimientos. El tiempo de esta comedia está dominado magistralmente (cosa que ya se venía observando desde Indiscreta [Indiscreet, 1958] y la valoración que hace Donen de los silencios y miradas es impagable.•JUAN CARLOS FRUGONE, Ibidem, pp. 167-168.

En su extenso prefacio a la edición del guión de Dos en la carretera, Frederic Raphael explica su deseo de crear una película en la cual los personajes simplemente ‘vivan sus vidas’. Él quería evitar, en la medida de lo posible, soportar personajes que representaran algo: ‘la imposibilidad de la comunicación humana’, ‘el deseo del estado del matrimonio’. Y es precisamente gracias a que nutre la película con experiencias ordinarias y compartidas —la forma en que Mark y Joanna afrontan la vida nos es familiar; ellos no constituyen prototipos trágicos ni cómicos en un sentido clásico— el que ésta se convierte en una suerte de huella de tinta cinematográfica. Tú puedes suscribirla siempre que lo desees, dependiendo de en qué aspecto te reconozcas en Mark y en Joanna, o en sus relaciones: las emociones de la película evocan o están directamente conectadas con las del espectador (…) Joanna y Mark son mosaicos emocionales formados por los problemas y escollos que cada cual puede encontrar en sus relaciones: el egoísmo, la intolerancia, la soberbia, las equivocaciones, la irreflexión, la indelicadeza, la infidelidad. Cuando Dos en la carretera fue estrenada en 1967, algunos críticos la etiquetaron como una comedia a la moda sobre la acritud conyugal. Una mirada más atenta revela, sin embargo, que la película es una afirmación del matrimonio y una pantalla elocuente donde nos encontramos con dos buenos tipos que participan de nuestras debilidades, de nuestros fallos y de nuestra determinación de mantener una relación juntos, una relación que sobrevive –y funciona- a pesar de todo. Esto es lo que yo veo en el tintero de celuloide de Dos en la carretera.•HENRY BLINDER, en «Cult Movies», de Danny Peary, Vermilion, London, 1981, p.; traducción de B. Sánchez.

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