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Los mundos de
Gonzalo Torrente Ballester

7 de mayo al 4 de junio de 2010
cartel
Lugar: Sala de exposiciones del Ayuntamiento de Logroño
Avda. de la Paz, 11. 26071 Logroño
Horario: De lunes a sábado, de 11 a 13 y de 18 a 21 h.
Domingos y festivos de 12 a 14 y de 18 a 21 h.

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Galicia y la tradición oral
Entre los escritores españoles del siglo XX, Gonzalo Torrente Ballester representa, además de una de las cimas de la narrativa, la introducción de la imaginación en la literatura en lengua española. El carácter intelectual y fantástico de su obra, sumado a su esencial ironía, define una producción literaria creada desde la inteligencia y la constancia que originan una trayectoria basada en la coherencia como soporte básico.

Nacido en Serantes (Ferrol), en 1910, su imaginario se forma en un espacio de naturaleza contradictoria: por un lado la aldea gallega, territorio de la imaginación, la magia y la superstición; por otro la ciudad militar, departamental, de Ferrol, reino de la razón, la norma y la lógica. Este espacio de planteamientos antitéticos conforma la personalidad de un niño curioso, un joven inquieto y un ávido lector, marcándole con huellas indelebles, visibles aquí y allá en su literatura.

Serantes representa además el descubrimiento del poder de la palabra, de la narración oral. Durante las noches de invierno, al abrigo del calor de la cocina, y en verano, en el balcón o delante de la puerta de la casa, la gente cuenta historias y el niño las anima: da cuerpo a los personajes y presencia sus acciones. Muchas son las voces que cuentan: las mujeres de la costura de tía Isolina, el abuelo Eladio, los mendigos, el tío Galán...

Al conjuro de estas voces la imaginación del niño se activaba y de las sombras emergían toda clase de figuras amables o terribles. No es difícil, más bien al contrario, encontrar en las obras de GTB huellas de este tipo de narración oral, visibles en muchas de sus novelas; por ejemplo, en la utilización de determinado léxico o de fórmulas expresivas gallegas.

Como resultado tenemos hoy el privilegio de acceder al extraordinario legado de su voz, de su tarea como fabulador, en cientos y cientos de metros de cintas grabadas que nos permiten entrar en el “taller del escritor”, conocer sus titubeos, sus proyectos inacabados, sus fatigas, sus escritos inéditos, las primeras versiones de sus novelas, y las casi definitivas (una vez oídas y transcritas, el autor las corregía a mano): su mundo literario, en fin, siempre entremezclado con anécdotas cotidianas, dichas y desventuras de su vida privada.

El Grupo de Burgos

Cervantes y la concepción de lo real
GTB ocupa un lugar muy destacado en la historia de la literatura en lengua española del siglo XX y no sólo por el número de obras escritas –hay que recordar que su labor como escritor se extiende a lo largo de más de sesenta años: desde El viaje del joven Tobías (1938) hasta Doménica (1999)–, sino y sobre todo por la relevancia de la misma, tanto en lo que se refiere a la calidad y al carácter innovador de su escritura, como por lo que significa el reconocimiento, aunque tardío, de crítica y público. Los numerosos premios alcanzados en su periplo literario (Premio de la Crítica, Premio Nacional de Literatura, Premio Cervantes, Premio Príncipe de Asturias, Premio Ciudad de Barcelona, Premio Planeta, entre otros) y las importantes distinciones obtenidas fuera de España así lo acreditan.

Probablemente una de las diferencias entre GTB y los escritores de su generación resida en su personal concepción de lo real que, sumada a su desbordante imaginación, produce como resultado una escritura donde se fusionan, de manera natural, la realidad y el prodigio, característica que le valió, en los últimos decenios de su vida, la etiqueta de escritor fantástico.

Pero, al mismo tiempo, su confesado arraigo en la tradición cervantina, su conocimiento humanístico y su vasta cultura hacen de GTB un escritor intelectual, de manera que sólo la experiencia del lector es responsable de fijar los niveles de lectura e interpretación de su obra. La conciliación de todos estos rasgos procura a la literatura torrentina unas características nada comunes en los autores españoles: intelectualismo, ludismo y humor, presentes en la práctica totalidad de una obra que, recorrida por la misma sustancia medular, crea un territorio literario rico en diversidad y en matices, ambiguo en su realidad, y tan contradictorio, asombroso y mágico como aquel otro en el que se formó su personalidad y que emerge en su geografía literaria.

Retrato de Torrente BallesterUn escritor independiente
Como escritor, GTB ha ido siempre por libre; quizás su aventura vital haya favorecido su vocación de solitario, de intelectual ajeno a las modas, sin el menor sentido de la oportunidad; y, sin embargo, como ser humano, ha estado siempre rodeado de amigos. Hombre de carácter afable y de trato cercano, a pesar del aspecto áspero y distante que, sobre todo, sus oscuras gafas le conferían, gozó de la amistad y de la admiración de muchos escritores y artistas, como declaran las numerosas dedicatorias que adornan los libros de su biblioteca; conversador incansable, ameno y seductor, hizo de la tertulia, para la que siempre encontró espacio en su apretada agenda de trabajo, una forma de vida, una manera de querer y entregarse a los demás: las tertulias de los cafés Gijón y Lyon, enMadrid; la del Lar, en Pontevedra; la del Monterrey, en Bayona; la del Novelty, en Salamanca, e incluso la de su despacho en Albany, lugares que conservan todavía el eco de sus palabras, sus relatos, sus lecciones y su risa, y algunos lo atestiguan con una placa o una escultura. Tertulias en las que se prolonga el eco de la tradición oral, de la presencia viva del lenguaje.

Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester
En 2010 se cumple el primer centenario del nacimiento del escritor, y para conmemorarlo, para rendirle el homenaje que merece, la SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales) y la Fundación Gonzalo Torrente Ballester organizan una exposición y recogen testimonios y estudios críticos en un libro que pretende desplegar ante los ojos del lector los mundos de tan magistral creador, iluminando también aquellos que son ignorados o que permanecen en la penumbra del olvido.

Porque GTB no sólo desarrolló su maestría en el arte de construir discursos ficcionales, adscritos a diferentes géneros –cuento, teatro, novela–, su faceta más conocida; también fue profesor y estudioso de la Historia; y durante cuatro décadas ejerció como profesor de Literatura, profesión que reivindicó por encima de cualquier otra de las suyas; pero GTB fue además un perspicaz y fino ensayista, un crítico inteligente y, a veces, mordaz, y un hábil, divertido y profundo articulista de prensa. Entre sus facetas más olvidadas está la de dialoguista o guionista de cine, labor que le ocupó durante cinco intensos años de colaboración con Nieves Conde; y casi treinta años más tarde vuelve a moverse entre grúas y platós para la supervisión de la adaptación cinematográfica de sus propias obras. Ilusiones e iniciativas, conversaciones, trabajos, proyectos y, en ocasiones, frustración.

Si la relación de GTB con el cine está casi olvidada o es ignorada por la mayoría de sus lectores, Los mundos de Gonzalo Torrente Ballester descubre otra de las facetas, totalmente desconocida, de tan prolífico y poliédrico artista. Aludimos a su temprana, intensa y continuada afición por la fotografía. La investigación que hemos desarrollado en el archivo de la Fundación Gonzalo Torrente Ballester demuestra que la fotografía desempeñaba para él diferentes funciones: dejando al margen la más común de fichero para el recuerdo, sentido que damos todos a nuestras fotografías. GTB no sólo fotografiaba su mapa emocional (¡cuántas imágenes de la torre Berenguela!, ¡cuántas de los solitarios y gélidos paisajes de Albany!, ¡cuántas de la ría de Ferrol!, ¡cuántas de las calles de Pontevedra!), sino que, además, utilizaba la fotografía como herramienta de trabajo, de manera que algunas de las imágenes que su cámara registraba las encontramos después en sus ficciones trasladadas a palabras, envueltas por la semántica, transformadas por la retórica y la imaginación.

Sorprende ver ahora, juntas y mostradas por primera vez, un grupo de esas fotografías tomadas por GTB: recuperadas, llevadas a una escala expositiva, dejan ver con claridad la personalidad de una mirada que sabe recrear la vida de una calle, una plaza, o detenerse en detalles en apariencia accesorios. Un lenguaje “vulgar”, casi descuidado, que nos lleva, sin embargo, hacia nuevos mundos, en sintonía con la técnica empleada en su escritura.

Retrato en exposición y libro
Buscando trazar un retrato fiel del homenajeado, titulamos Los mundos de GTB el proyecto de acercamiento a su persona, a sus escritos, a su pensamiento. A la exposición que reúne una muy estricta selección de obras y objetos, le acompaña un libro que amplía su condición inicial de catálogo. Está estructurado en dos partes bien diferenciadas, y no sólo por su diseño, dedicadas a evocar sus proyectos y a revisar su obra de un modo sistemático.

Los Mundos de GTBLas colaboraciones del primer volumen, con evocaciones y recuerdos de los escritores Ana Mª Matute, José Saramago y Manuel Rivas, y la profesora Francisca Ojeda-Suárez Miller, nos regalan magníficos perfiles literarios y humanos del autor –firmados por los escritores– y una tierna y nostálgica imagen inédita de GTB en Albany, durante su etapa en la universidad americana, generada por las palabras de Francisca –Maquita–, su alumna, luego colega y siempre amiga. Siguen los artículos del presidente y del secretario de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha y Darío Villanueva, de la historiadora universitaria Isabel Torrente y del presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Antonio Bonet Correa, que ofrecen acercamientos al hombre y su peripecia vital. La palabra como única creadora de mundos; la tradición cervantina, tradición que reaviva al concebir la novela como juego y como revelación; su conocimiento de la Historia y las huellas de la misma en su literatura; sus elecciones artísticas, siempre selectivas y matizadas. Finalmente, la reproducción de las cartas de Marta Cárdenas y Luis de Pablo ilustran la influencia de la música en la estructura de algunas de sus obras, en particular en La saga/fuga de J. B. Todas estas colaboraciones ponen de manifiesto que, en la imaginación y en la realidad del autor, arte y vida andan siempre mezcladas o mantienen relaciones movedizas y confusas.

A Vari Caramés le pedimos que visitase las ciudades españolas de GTB y trazase un recorrido que imaginamos cálido y emocional, del que nos sorprende su medido fondo bergeriano. El propio GTB narra, a continuación, su biografía, pues transcribimos el “Currículum, en cierto modo”, publicado en la revista Triunfo en 1981 y la versión original del mismo, mecanografiada y corregida a mano por el autor.

El segundo volumen proporciona cinco acercamientos a la obra literaria de GTB elaborados por reconocidos expertos torrentistas: César Antonio Molina repasa, de manera exhaustiva, su labor como periodista; Janet Pérez analiza su producción como dramaturgo, primero de sus caminos como escritor; José Antonio Pérez Bowie atiende a su trabajo como teórico y crítico de teatro; Ángel G. Loureiro se sumerge en la narrativa, prestando atención fundamentalmente a la llamada “trilogía fantástica”; y, por último, Ángel Basanta ofrece una interesantísima historia de la recepción de su obra, su “fortuna crítica”.

Las relaciones de GTB con la imagen estática o animada constituyen el centro de atención de las siguientes colaboraciones: Santos Zunzunegui, Imanol Uribe y Carmen Becerra ilustran su dilatada y fructífera relación con el cine, en distintos períodos y diversas manifestaciones; y el artículo de Miguel Fernández- Cid presenta su hasta ahora ignorada faceta de fotógrafo, mostrando tanto la intención estética de sus imágenes como su contribución a la hora de fijar una manera de mirar y definir su ideario estético. Una selección de fotografías tomadas por GTB descubre sus claves, intereses, temas y búsquedas reiteradas. El volumen se cierra con la bibliografía comentada de la obra de GTB, cuya lectura pone de relieve su coherencia narrativa, junto a la reproducción de las portadas de sus primeras ediciones.

La publicación va acompañada de un excelente documental, dirigido por Luis Felipe Torrente y Daniel Suberviola, cuyo título, GTB x GTB, declara de manera transparente la intención con la que fue realizado: GTB habla de sí mismo, en distintos momentos de su larga y, muchas veces, complicada vida; sus palabras están ilustradas con imágenes conocidas, pero también inéditas, que proporcionan al espectador un conocimiento global, a veces emocionante, de un escritor cuya probada perseverancia y singular visión del mundo se sustentó siempre en miradas precedentes.

Con este libro, que por el interés de los textos, la aportación de su documentación y el rigor de sus colaboraciones esperamos se convierta en una referencia imprescindible para los estudios de la obra de GTB, pretendemos ofrecer una visión totalizadora de un autor cuyo interés por el arte no conoció límites, y cuyas obras forman parte del patrimonio intelectual y cultural de todos nosotros.

Carmen Becerra / Miguel Fernández-Cid
Comisarios de Los mundos de GTB

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