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XI Semana de Música Antigua
de Logroño

7, 8, 9 y 10 de septiembre de 2009
cartel
RIOJAFORUM. Sala de Cámara
20,30 horas

VENTA DE ABONOS: Del 17 al 31 de agosto, ambos inclusive.
VENTA DE LOCALIDADES: Del 1 al 6 de septiembre, ambos inclusive.
PUNTO DE VENTA: Oficina de Turismo de Logroño c/Portales, 50, en horario de 9 a 14 y de 17 a 20 horas, de lunes a domingo.

Precio Abonos para los cuatro conciertos: 18 €
Precio localidades para cada concierto: 6 €
Todas las entradas son numeradas.
A partir del día 7 de septiembre y durante los días de los conciertos, si quedan entradas, se venderán desde dos horas antes del inicio de la actuación en las taquillas de Riojafórum.

NOTAS
Todas las actuaciones darán comienzo a las 20,30 h.
Riojafórum abrirá las puertas 30 minutos antes de la hora del inicio de los conciertos, salvo causa de fuerza mayor.
En atención al público y a los artistas, se ruega puntualidad, así como desconectar las señales acústicas de relojes y teléfonos durante los conciertos. Una vez comenzado el espectáculo no se permitirá la entrada a la sala, salvo en descansos o intermedios si los hubiera.
Queda prohibido todo tipo de filmación, grabación o realización de fotografías.
Cultural Rioja (si las circunstancias lo exigiesen) podrá alterar el programa anunciado. De los posibles cambios se informará oportunamente.

“IL CARO SASSONE: HÄNDEL EN ROMA”
Lunes 7 de septiembre de 2009
“Cantatas para soprano y violines”.
Georg Friedrich Händel / Alessandro Scarlatti

Un joven maestro y su modelo italiano
La estancia de Händel en Italia fue esencial para el desarrollo de su lenguaje musical. Su encuentro con la música de famoso Alessandro Scarlatti fue decisivo. Teniendo esto en cuenta, Concerto Soave, ha decidido presentar en el mismo programa una de las más hermosas cantantas del compositor Neopolitano para soprano y dos violines, Correa nel seno amato, además de una cantata romana de Händel escritas para la misma formación, Alpestre monte y Notte placida e chetain. Lo que prevalece en las obras de estos dos maestros es poesía exquisita inspirada en la evocación a la naturaleza y la nostalgia. Sin embardo, el públic

PROGRAMA:

Alessandro Scarlatti (1660-1725)
«Correa nel seno amato »
Cantata para soprano, dos violines y continuo
Sinfonía
Recitativo: Correa nel seno amato
Aria: Ombre opache
Recitativo: Eurilla, anima mia Aria: Fresche brine
Recitativo: Piante insensate e fide Aria: Idolo amato, tormento del core
Recitativo: Ma voi, occhi dolenti.
Aria: Onde belle Recitativo:
Eurilla, anima mia, deh vieni a pianger meco
Recitativo accompagnato: Volea più dir Daliso

(pausa)

Georg Friedrich Händel (1685 -1759)
Sonate IV, op. 5
Sonata para dos violines y continuo
Allegro
A tempo ordinario / Allegro non presto
Passacaille
«Armida abbandonata»
Cantata para soprano, dos violines y continuo
Recitativo : Dietro l’orme fugaci del guerrier
Aria: Ah! Crudele e pur ten vai e mi lasci
Recitativo: O voi, del incostante e procelloso mare
Aria: Venti, fermate, si, nol sommergete, no
Recitativo: Ma che parlo, che dico?
Aria: In tanti affanni miei, assistimi almen tu

Concerto Soave y María Cristina Kiehr
María Crisitna Kiehr: soprano
Alessandro Ciccolini y Patrizio Focardi: violines
Orlando Theuler: violoncello
Diego Salamanca: archilaúd
Jean-Marc Aymes: clave y dirección o ya puede percibir la inimitable teatralidad de Händel.

Concerto Soave Antiqva  Concerto Soave Antiqva
En pocos años, Concerto Soave se ha convertido en un referente en cuanto a la interpretación de la música italiana del Seicento. Nacido del encuentro entre la soprano Maria Cristina Kiehr y el clavecinista Jean-Marc Aymes, el ensemble reúne solistas especializados en el repertorio del siglo XVII, esencialmente italiano. El conjunto toma la forma de un Concerto en su sentido histórico: «an instrumental jewel case richly coloured (archilaud, arpa, viola de gamba, violins, clave órgano...) destined to enshrine one or more voices».
Cada concierto y grabación de Concerto Soave, con L’Empreinte Digitale y ahora en exclusiva con Harmonia Mundi, han sido aclamadas de forma similar por el público y crítica. El grupo es invitado con frecuencia a los festivales de mayor prestigio: Utrecht, Ambronay, Montreux, Bruges, Innsbruck, Nantes (« La Folle Journée »), y actúa en las principales ciudades europeas: París, Amsterdam, Lisboa, Londres, Bruselas, Berlín… así como en Estados Unidos y Canadá.

Maria Cristina Kiehr Maria Cristina Kiehr, soprano
Con el paso de los años Maria Cristina Kiehr ha llegado a ser considerada como una de las mejores intérpretes de música barroca. Combina la suavidad de su timbre con un gran respeto por el texto, el cual defiende con humildad y calidez. Quizá sean su nacionalidad argentina y sus orígenes daneses los que crean una combinación mágica de sensualidad latina y un gran rigor en el estilo musical.

Tras sus estudios con René Jacobs, ha participado en innumerables conciertos y producciones de ópera con directores de la talla de René Jacobs, Philippe Herreweghe, Franz Bruggen, Jordi Savall, Gustav Leonhardt, Nikolaus Harnoncourt..., y con grupos de gran prestigio como Hesperion XXI, Concerto Köln, Ensemble 415, Seminario Musicale, Concerto Vocale, Elyma, La Fenice.... Ha viajado por todo el mundo (Europa, Japón, Australia, Centroamérica y Sudamérica)  y ha participado en más de cien grabaciones.

Su pasión por la polifonía y monodia italiana del siglo XVII se expresa totalmente junto a Concerto Soave, de quien ella es cofundadora junto a Jean-Marc Aymes. Maria Cristina Kiehr descubre su talento como narradora de historias, cuidadosa de expresar hasta el más mínimo detalle de la nuova musica, lo que la convierte no sólo en una cantante con un timbre único sino en una artista con gran versatilidad.

Jean-Marc AymesJean-Marc Aymes, clave y dirección
Jean-Marc Aymes es uno de los más brillantes clavecinistas de su generación. Actualmente está grabando la obra completa para teclado de Girolamo Frescobaldi, cuyo primer volumen (Primo Libro delle Toccate and Capricci) ha sido muy bien acogido por la prensa especializada internacional (Diapason d’Or, Joker from Belgian magazine Crescendo, 5 Goldberg…).

Jean-Marc Aymes es el director artístico de Concerto Soave. Fue fundador del grupo, ahora considerado referente en la interpretación de la música antigua del barroco italiano, junto a la soprano argentina Maria Cristina Kiehr.

Sus grabaciones para Harmonia Mundi han recibido numerosos premios internacionales. Ha viajado por todo el mundo junto a Concerto Soave (Reino Unido, Holanda, Alemania, Suiza, Belgica, Italia, Austria, Estados Unidos, Canadá...) actuando en algunos de los festivales de música antigua de mayor prestigio.

Ha actuado con grupos de música de lo más variado (Janequin, Talens Lyriques, Grande Ecurie, Daedalus, Akademia...) y aún sigue actuando con frecuencia con La Fenice, dirigido por su gran amigo Jean Tubéry, también especialista en música italiana. Ha participado en más de sesenta grabaciones y en innumerables conciertos y retransmisiones radiofónicas.

También es conocido por sus contribuciones al mundo de la música contemporánea tanto en conciertos como en grabaciones junto al ensemble de Marsella Musicatreize.

Actualmente es director del Centre Régional d’Art Baroque de Marsella.

COMENTARIOS AL PROGRAMA
En 1690, importantes miembros de la nobleza y del clero fundaron en Roma la “Academia degli Arcadia”, interesantísimo foco de creación de la cantata de cámara, un género musical que se había impulsado desde hacía algún tiempo desde Nápoles. Los mecenas más poderosos eran los cardenales Ottoboni y Pamphili, la reina Cristina de Suecia (1626-1689) y Francisco de Ruspoli, príncipe de Cerveteri. Era una academia literaria que unía en sus reuniones a poetas y escritores (libretistas como Zeno y Metastasio), y músicos como A. Corelli, A. Scarlatti, A. Caldara y G. F. Händel. Todos ellos pusieron gran interés en revivir la obra poética de autores como Dante o Petrarca. En aquellas veladas, todos los participantes recibían sugerentes pseudónimos de pastores: Corelli (“Arcimelo”), A. Scarlatti (“Terpandro”), o Pasquini (“Protico”). El ambiente y los temas de música y poesía eran idílicos y simbólicos; según Reinhard Strohm, aquellas canciones basadas en el amor y la muerte se ubicaron en escenarios ideales: “en un verde paisaje mediterráneo con agradables colinas, prados floridos, arroyos plateados, el canto de las tórtolas y el murmullo de las fuentes”.

Aunque la cantata italiana se había desarrollado durante el Barroco Medio con compositores como L. Rossi y G. Carissimi, fue la Academia de la Arcadia la causante de su florecimiento en las más importantes ciudades europeas durante el cambio de siglo. Los mecenas de estas reuniones atraían a los más virtuosos cantantes de ópera, quienes desempeñaron un papel muy importante en la configuración de algunos aspectos estilísticos del género, como la ornamentación expresiva o la brillantez de las arias da capo. Como señala M. Talbot, era muy habitual la participación de cantantes de voz aguda, que podían ser tanto mujeres como “castrati”, y en muchos casos eran auténticas figuras para los espectadores. Es relevante el caso de Vittoria Tarquini, conocida como “La Bombace”, que era una de las cantantes favoritas de Fernando de Medicis y estrenó varias obras de Händel cuando el alemán trabajaba para la Arcadia.

El primer compositor responsable de que la cantata de cámara triunfara en este contexto fue el siciliano Alessandro Scarlatti (1660-1725) que pasó la mayor parte de su vida entre Nápoles, como músico de cámara del Virrey, y Roma, donde participó en las actividades de la Academia. Autor de cerca de seiscientas cantatas de cámara, se ha considerado siempre a Scarlatti el más importante impulsor de este género en las dos ciudades en las que trabajó. Hay que decir que desde las primeras obras y hasta las últimas se observa una evolución en lo referente a estructura y estilo. La cantata titulada “Correa nel seno amato” pertenece al grupo de cantatas tempranas compuestas en Nápoles entre 1683 y 1690, y comienza con una sinfonía y un “balletto” instrumentales a los que sigue una serie de recitativos y arias alternados.

Como era habitual, Scarlatti llenó la cantata de efectos virtuosos propios del “bel canto” como rápidas escalas, florituras, trinos y adornos de muy difícil ejecución por parte del cantante. Y al igual que sucedía en la ópera, género en el que Scarlatti también triunfó, el carácter expresivo del texto quedaba subrayado perfectamente por aspectos musicales como la melodía, el ritmo o la armonía. C. Palisca recogió en su estudio sobre la música del barroco un documento en el que Scarlatti confesaba a su mecenas, el príncipe Fernando de Medici, que la pasión con la que hablan sus personajes “es lo principal a considerar y la circunstancia que mueve y dirige la mente del que escucha a la diversidad de sentimientos desarrollados por los diversos incidentes de la trama del drama”. El importante musicólogo explica que un afecto era considerado un estado de la mente que podía ocupar los pensamientos y sentimientos de un personaje hasta que el diálogo o la acción lo movieran a otro estado, y que debía conseguirse con ayuda de una combinación ajustada de recursos musicales.

Desde las últimas décadas del siglo XVII, la costumbre de visitar durante algún tiempo las principales ciudades italianas se convirtió en habitual para los compositores centroeuropeos. En estos viajes, muchas veces sugeridos por los mecenas aristócratas, los artistas respiraban la atmósfera creativa del país mediterráneo y asimilaban las numerosas innovaciones musicales que luego llevarían de regreso a sus ciudades de origen.
G. F. Händel (1685-1759), que conoció al príncipe Fernando de Medici en Hamburgo, viajó a instancias de éste por Italia entre 1706 y 1710, antes de instalarse en Londres. Cita Ch. Hogwood el testimonio de la llegada de Händel a Roma el catorce de enero de 1707: “Ha llegado a esta ciudad un alemán (“Sassone”) que es un intérprete excelente de clavicordio y compositor. Hoy exhibe sus proezas tocando el órgano en la iglesia de San Juan (de Letrán) para admiración de todos”. Rápidamente, el compositor alemán entró en los círculos artísticos más importantes de Roma, especialmente en el del Cardenal Ottoboni,
donde conoció al maestro
A. Corelli y a D. Scarlatti, hijo de Alessandro e importantísimo virtuoso del clave.

Pero el principal mecenas de Händel en Roma fue el príncipe laico Francesco María Ruspoli, organizador de conciertos semanales en el Palazzo Bonelli. Como el puesto de Maestro de Capilla del palacio lo ocupaba
A. Caldara, Händel se quedó durante meses como huésped protegido con la única obligación de componer cantatas vocales para la “conversacione” que celebraba el príncipe cada semana. Una de estas obras es la cantata titulada “Armida abbandonata” HWV 105 (1707), un drama inspirado en Tasso en el que la maga Armida expresa sus virulentos sentimientos tras verse burlada en su amor por Rinaldo. Es bastante probable que Händel escribiera las partes vocales, virtuosas y expresivas, repletas de ornamentos, según el modelo estilístico de Alessandro Scarlatti,  para las sopranos que solían actuar en estas reuniones selectas, Vittoria Tarquini o Margarita Durastanti.

Pero fue Corelli uno de los compositores que más influyeron en el estilo compositivo de Händel, especialmente en lo que se refiere a música instrumental. Según Ch. Hogwood, “la escritura de Händel para violín muestra la influencia del modo de tocar de Corelli y es, interesantemente, más extrovertido que el propio Corelli en sus sonatas de violín publicadas”. La colección de Sonatas en Trío para dos violines y continuo op. 5 apareció veinte años después de la estancia del compositor en el Palazzo della Cancelleria de Ottoboni, pero reflejan la admiración que sintió por la obra para violín de Corelli. Estas sonatas (también pensadas para ser interpretadas con flautas alemanas o traveseras) muestran además una costumbre muy común entre los músicos de la primera mitad del siglo XVIII, la reutilización de melodías de obras anteriores en partituras más modernas. Esto sucede en la Sonata nº 4 en Sol mayor HWV 399 que hoy escuchamos; sus movimientos, dispuestos al modo de la sonata de cámara italiana (como una suite de danzas), son adaptaciones de piezas anteriores. Así pues, el “Allegro” inicial y el segundo movimiento “A tempo ordinario” habían aparecido ya en el oratorio “Athalia”; y el “Passacaille” procedía de las danzas de la ópera “Radamisto”.

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